El cambio climático es uno de los principales retos estratégicos a los que deberán enfrentarse compañías de todo el mundo, la ONU estima que el coste anual de los desastres naturales está entre 250.000 y 300.000 millones de dólares.
Estos fenómenos, además, truncan o frenan el progreso
de millones de ciudadanos. Aunque la sociedad en su conjunto tiene la
responsabilidad de contribuir al desarrollo sostenible, las empresas desempeñan
un papel capital en este objetivo. Su impacto en el bienestar colectivo e
individual es clave: ayudan a mejorar la vida de las personas mediante los
productos que ofrecen y los servicios que prestan; contribuyen al desarrollo
económico y social; y su actividad tiene un efecto directo sobre el entorno y
el medio ambiente.
En 1972, se celebró en Estocolmo la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano. Por primera vez, el tema de la
degradación medioambiental aparece en la agenda de los principales gobiernos
mundiales. El punto de no retorno lo marcó el Protocolo de Kyoto, aprobado en
1997, donde se acordó una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero
del 5% en el periodo 2008-2012 respecto a los niveles de 1990. Desde entonces,
diferentes cumbres se han venido celebrando, aunque los resultados han sido
dispares. La cumbre del clima de París fue un éxito, adoptando el primer
acuerdo global para atajar el calentamiento desencadenado por el hombre con sus
emisiones de gases de efecto invernadero que incluye un compromiso financiero
de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. La última cumbre,
celebrada el pasado mes de noviembre, concluyó con avances en cuestiones
técnicas, pero con asuntos importantes aún por resolver sobre las reducciones
de las emisiones, que se aplazan hasta finales de 2018. Lo que sí ha quedado
claro es que la descarbonización de la economía ofrece la única posibilidad
real de crecimiento y desarrollo económico sostenible.
Hace casi tres años, 150 jefes de Estado y de Gobierno
adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger
el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una agenda de
desarrollo sostenible. Esta Agenda 2030 cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible que incluyen, entre otros, la lucha para frenar el cambio climático,
la igualdad de la mujer, la educación, la defensa del medio ambiente o el
diseño de nuestras ciudades. Esta Comisión se suma a la Comisión para el
estudio del Cambio Climático del Congreso, que lleva trabajando desde 2012 en
diversas propuestas orientadas a la lucha contra el cambio climático.
Una vez que se ha logrado un consenso generalizado a
escala global y gubernamental, la sociedad civil y las empresas deben
desempeñar un papel protagonista a la hora de utilizar su creatividad y
capacidad de innovación para resolver los desafíos a los que nos enfrentamos
como sociedad. Muchas empresas ya han sopesado los riesgos y las oportunidades
que supone responder ante este problema y han incorporado a su propósito la
sostenibilidad, y la variable “cambio climático” a sus estrategias.
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